Actividades extraescolares

Actividades extraescolares

Estos primeros días de curso, estoy recibiendo muchas consultas en relación a las actividades extraescolares. Que actividades son más y menos beneficiosas, que criterio seguir para escogerlas; que hago? le apunto a teatro o es mejor una actividad de equipo?, etc, etc. Un mar de dudas a la hora de escoger la más adecuada, a veces con una extensa oferta….

La primera reflexión que cabe hacer es pensar en el niño o la niña como una persona en crecimiento, que se está desarrollando. Tenemos que observar que capacidades tiene más y menos desarrolladas, sus intereses por supuesto y la continuidad de estas actividades a lo largo de los años. Estos serán tres aspectos básicos en la decisión:

El niño pasa mucho tiempo en la escuela, y las actividades extraescolares han de servir para reforzar aquellas áreas menos desarrolladas. Supongamos en un niño tímido o cohibido, con dificultad relacional, habrá que reflexionar en una actividad que fomente su apertura: teatro, deportes de equipo, etc. Con ello conseguiremos que la actividad sirva para fomentar su relación con iguales.

Dos consideraciones sobre actividades extraescolares

  • Considero que la opinión del niño será muy importante, porque refleja sus intereses y motivación al respecto de la actividad. Por mucho que nosotros la consideremos adecuada, si al niño no le gusta, será un  completo fracaso y conseguiremos el efecto contrareo. Por tanto, recomiendo enormemente tener en cuenta su opinión.
  • También será relevante que la actividad tenga continuidad en años sucesivos, ya que le permitirá crear amistades alrededor de una afición. Algo que le dotará de herramientas cuando empiece la adolescencia.

Considero que las actividades en grupo o deportes de equipo siempre serán más beneficiosas para el niño para potenciar la socialización, y actividades individuales, más indicadas para trabajar la concentración y conocimiento de sí mismo. Hoy en día se está potenciando la práctica del yoga para niños, meditación, etc., pero tradicionalmente siempre se ha usado el aprendizaje de un instrumento musical para fomentar su capacidad de atención y concentración, así como el trabajo.

Otra consideración es si las actividades extraescolares han de ser con iguales o con otras generaciones. Y aquí quiero recalcar la importancia de la figura de los abuelos en su crecimiento e influencia, y no utilizados como meros cuidadores, sinó como transmisores de conocimiento y personalidad.

Por otro lado, las actividades extraescolares nunca se tendrían que escoger por conveniencia de horarios, atendiendo naturalmente a las posibilidades de conciliación de cada uno, no nos culpabilicemos si no podemos por supuesto. Tampoco se tendrían que escoger por los  gustos de los propios padres. Como aquel padre que me dijo que  siempre había querido toca rel piano, y su hijo tenía que tocarlo «a toda costa», cuando en realidad su hijo no tenía interés por la música, y solo lo hacía por satisfacer a su padre. Por eso, habrá que contar con el interés del menor y eso fortalecerá nuestra relación.

Asimismo, hay que intentar no sobrecargarlos de actividades extraescolares, el niño ya pasa muchas horas en el colegio y estas actividades no deberían contrarestar la vida familiar, que ya de por sí queda bastante reducida de horas de lunes a viernes. Pensemos que cuando llegue la adolescencia, se querran alejar de nosotros y podremos pasar un tiempo limitado. Nuestra influencia en su personalidad puede representar mucho más que una actividad extraescolar.

Está bien, escoger actividades académicas, por ejemplo, algún idioma, pero siempre y cuando no sobrecarguemos al niño. Inglés, francés, alemán, refuerzo de matemáticas….. El sistema escolar garantiza el aprendizaje y hemos de velar por no sobresaturarlo. No nos dejemos llevar por lo que ha hecho el vecino, cada niño es diferente y nosotros hemos de fijarnos en el nuestro únicamente.

Por último, creo que como en todo, el sentido común es el principal argumento a la hora de tomar la decisión en cuanto a las actividades extraescolares, tomarse un tiempo de reflexión, observar al niño, preguntarle, hacer seguimiento de la actividad, fomentar los espacios en familia, incluidos los abuelos, tios, etc…. Todo esto conseguirá el principal objetivo que hemos de marcarnos, que el niño sea feliz. Si conseguimos esto, la actividad extraescolar será todo un éxito.

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Jordi Martínez psicólogo
Jordi Martínez, psicólogo

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