Ayudar en la vuelta al cole

En numerosas ocasiones nos podemos hacer la pregunta sobre como podemos ayudar a nuestros hijos en su año escolar. A la mayoría nos preocupan los estudios y queremos ayudarles a superar el curso, pero; cúal es la mejor manera de hacerlo?. Que consejos podemos dar para ayudar en la vuelta al cole.

Para responder a las pregunta creo que sería más acertado responder lo que no debemos hacer.

Tabla de contenidos

 

Los consejos para la vuelta al cole

No hacerles los deberes

Parece algo obvio que hay que ayudarles pero no hacerlos, no?. Pues hay en muchos casos que no es así. Podemos, en este punto entrar en un debate sobre si son o no necesarios los deberes en la educación. Es un tema de gran actualidad y del que nos ocuparemos en otro artículo. Ese sistema lo habéis elegido previamente, y por tanto tendrá que realizarlos. Si estás en contra, es mejor que antes de elegir colegio te informes y te decantes por otro sistema educativo.

Una vez que sabemos que tienen deberes, hay en muchos casos son los padres los que los realizan. Simplemente se sientan a su lado y se los hacen y el niño se convierte en mero observador pasivo. Esto es un grandísimo error, pero que hay que hacer?

Los padres tienen que conseguir que el menor tenga un espacio agradable y tranquilo de trabajo. Ayudarle asímismo a planificar el tiempo, y en todo caso controlar que esté hecho al final. Pero nunca en ningún caso hacerlos ellos mismos. Ello imposibilitaría que el niño se responsabilizara de sus tareas y adquiriese autonomía. Si le asalta alguna duda, le daremos pistas, en todo caso, que le hagan esforzarse en la solución del problema.

Intentaremos ayudarlos en la resolución de dudas, pero siempre fomentando que piensen. Podemos darles alguna pista, pero el trabajo lo tendrán que realizar los menores. Conseguirlo será mucho más gratificante para ellos y así conseguimos: no sólo los conocimientos académicos, sinó la superación, el valor del esfuerzo, y el propio descubrimiento de sí mismos y sus potencialidades.

Si se topan con un problema, muchas veces habrá que dejar que lo resuelvan ellos mismos, aunque les veamos en dificultades y ello nos cueste. Cada uno tendrá que trabajar este aspecto con la paciencia necesaria.

Trastornos mentales en el colegio

Si no conseguimos fomentar la autonomía en nuestro hijos, estaremos fomentando un estilo sobreprotector, que hace que los menores se conviertan en «unos vagos», ya que nunca tienen que realizar ningún tipo de trabajo. Muchas veces a ello se le quiere poner nombre de trastornos mentales o culpabilizar al entorno, pero lo cierto es que no se les ha fomentado la autonomía, y no tienen que esforzarse por conseguir los resultados esperados, ya que siempre están detrás sus padres para resolver sus problemas.

Por otro lado, los deberes no son un castigo. Hay que dejar que los chavales le encuentren la parte positiva. Si les decimos: «Castigado a hacer los deberes», sin duda lo percibirán como algo negativo. Hay que darles a entender que es algo natural, una parte más del día, de la que también se puede disfrutar.

La familia es mucho más que los estudios

Hay que tener en cuenta que la educación no es únicamente el sistema escolar. Si nos centramos excesivamente en eso, estamos descuidando otros factores de nuestra relación con los hijos. A ellos les estamos dando la impresión de que no les importamos como persona.

Una reflexión importante que hemos de hacer es que de la parte académica se está ocupando la escuela. Nosotros tenemos funciones emocionales y vitales como padres en la que no podemos ser sustituidos. La escuela no llega hasta ahí. Es en la parte emocional en las que nos debemos centrar. Cuando recogemos del colegio a nuestros hijos es importante preguntarles por cómo les ha ido el día, por sus amigos, estado de ánimo, etc, y no preguntarles directamente por los deberes, o por lo menos ponerlo a la misma altura que el resto de preguntas.

No sobrecargarlos

Exceso de actividades extraescolares académicas (inglés, alemán…), películas en idioma original, lecturas obligadas o dirigidas, actividades culturales excesivas. Hoy en día se percibe a los niños en general sobreestimulados y excesivamente cargados de actividades. Precisamente, por eso, se puede producir el efecto contrareo al que pretendemos, que es que acaben odiando los idiomas, las actividades culturales, y cualquier cosa que les propongamos.

Por ejemplo, como padres será necesario que fomentemos la lectura, pero habrá que dejar que escojan ellos lo que quieren leer, porqué si les imponemos algo será más que probable no únicamente que no les guste lo que les hemos propuesto, sinó que odien la propia lectura en general. Asímismo, con los idiomas y deportes puede pasar lo mismo., Escuchemos por tanto sus criterios a la hora de escoger, aunque no los compartamos.

Del mismo modo, los niños, tienen que tener tiempo libre para decidir como lo van a usar. Sinó no podrán aburrirse y no podrán explorar sus capacidades más creativas.

Las notas, que hacer?

Las notas ni se han de premiar ni castigar. Simplemente, si el niño trae buenas notas hay que hacer un cumplido, obviamente, y si son malas analizar lo que ha pasado. Habrá que darle a entender que es responsabilidad suya. Si supeditamos el regalo material a la nota que consideramos buena, estamos  consiguiendo que perciba sus calificaciones como  una responsabilidad externa a él y no estaremos fomentando su autonomía.

Además, si le prometemos un regalo y no llega a su objetivo, conseguiremos una doble frustración. La de no conseguir las notas deseadas, y la de no conseguir el regalo.

El control de nuestros hijos

Últimamente se habla mucho del concepto de «padres helicópteros«, que están pendientes de sus hijos en todo momento. Controlan su ropa, su móvil, su agenda, sus actividades, lecturas, amistades y en algunos casos quieren llegar a sus pensamientos. Es una práctica bastante común en la actualidad.

El niño es una persona en sí mismo, con capacidad para pensar, pero a la que se la ha de dotar de espacio para ello. El no dejarle espacio para pensar y actuar le genera desconfianza en sí mismo.

Con ello, tampoco queremos decir que haya que dejarle tomar todas las decisiones, pero si hacerle un acompañamiento con cierta distancia que le permita tomar decisiones propias.

Nuestros hijos no somos nosotros

Los tiempos han cambiado, la educación es totalmente diferente a la que recibimos nosotros. Por tanto no podemos pretender decirle a nuestros hijos como funcionan las cosas dentro del colegio. Ellos lo van a conocer mejor  que nosotros mismos. Asímismo, también hay que estar atentos a la opinión de los profesionales de la educación, que conocen mejor el entorno. Además van a pasar una buena cantidad de horas con ellos, probablemente más que nosotros mismos. Con todas las opiniones, nos podremos hacer una idea sobre como se están educando nuestros hijos.

Tendemos a querer influir en los hijos en sus gustos y en sus aficiones. Queremos que le guste nuestro deporte, nuestro equipo, nuestra música y el tipo de amistades que juzgamos como correctas, por poner algunos ejemplos. Es algo difícil de evitar, aunque será necesario intentarlo minimizarlo para que el menor nuevamente crezca en autonomia.

En definitiva, no perdamos la oportunidad, en ningún ámbito, de que nuestros  hijos ganen en autonomía y confianza. Será lo que a posteriori les va a hacer sacar su potencial como persona y les va a dotar de herramientas para vivir su vida.

Jordi Martínez psicólogo
Jordi Martínez, psicólogo

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